
- Exfolia tus labios. Esto te ayudará a eliminar las células muertas y creará un lienzo liso para trabajar. Puedes exfoliarte los labios cepillándolos suavemente con un cepillo de dientes durante unos segundos o frotándolos con una toalla húmeda.
- Humecta los labios con un bálsamo. Pásalo por el labio inferior y superior; si viene en un frasco pequeño, aplícalo con el dedo. Esto no solo te ayudará a alisar y suavizar los labios, sino también servirá para aplicar el delineador de labios y el lápiz labial de manera más uniforme.
- Quítate el bálsamo si es necesario. Antes de aplicarte el labial o el delineador, revisa si queda algún resto del bálsamo en los labios. De ser así, límpialo con un pañuelo de papel o algodón.
- Échate un poco de base. Esto te ayudará a resaltar el color natural del lápiz labial, puedes usar el mismo color que usaste en tu rostro. Asegúrate de sonreír mientras lo haces, pues te ayudará a rellenar todas las grietas pequeñas.
- Aplica delineador. Este hace que el lápiz labial se adhiera mejor y dure más tiempo. También ayuda a aplicar el lápiz labial de manera más uniforme y evita que se corra. Empieza por delinear los labios y luego rellénalos.
- Maquilla con el labial. Empieza desde el centro de los labios y pasa el lápiz labial hacia afuera, rellenando todas los grietas. Puedes aplicarte el lápiz labial directamente con la barra o usar un pincel para aplicar lápiz labial a fin de tener una mayor precisión.
Dato: Si tienes la piel oscura, elige un color fuerte que le dé un contraste. Si tienes la piel pálida, un color rosado claro o neutral resaltará lo suficiente para ti. Para un cutis de tono medio, elige un color malva, canela o ciruela.